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INFORMACIÓN

Prueba de 7 Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS)
Las pruebas de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) son exámenes rápidos e indoloros que permiten detectar los agentes patógenos de transmisión sexual más frecuentes. A través de esta prueba puedes verificar la presencia de las 7 infecciones de transmisión sexual (ITS) que podrían causarte problemas de salud más graves si no son tratadas.

Si se detectan resultados positivos, disponemos de un servicio médico especializado para indicar el tratamiento a seguir.

Prueba del virus del papiloma humano (VPH)
Las pruebas de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) son exámenes rápidos e indoloros que permiten detectar los agentes patógenos de transmisión sexual más frecuentes. El virus del papiloma humano (VPH) es una de las infecciones más frecuentes de transmisión sexual en la actualidad, y puede causar graves problemas de salud si no es tratado a tiempo. A través de esta prueba se analiza la presencia de 32 subtipos de HPV a través de una muestra de orina.

Si se detectan resultados positivos, disponemos de un servicio médico especializado para indicar el tratamiento a seguir.

Prueba del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y hepatitis virales (VHB y VHC)
Las pruebas de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) son exámenes rápidos e indoloros que permiten detectar los agentes patógenos de transmisión sexual más frecuentes. A través de esta prueba se puede detectar simultáneamente la infección por VIH, VHB y VHC.

Si se detectan resultados positivos, disponemos de un servicio médico especializado para indicar el tratamiento a seguir.

– No hace falta ayunas en ninguna de las pruebas –

Síntomas

Las enfermedades de trasmisión sexual o las infecciones de trasmisión sexual pueden presentar diversos signos y síntomas, incluso la ausencia de síntomas. Es por eso por lo que pueden pasar desapercibidas hasta que ocurren complicaciones o hasta que se diagnostica a la pareja.
Los signos y síntomas que pueden indicar una infección de trasmisión sexual incluyen:

  • Llagas o protuberancias en los genitales o en la zona oral o rectal
  • Dolor o ardor al orinar
  • Secreción proveniente del pene
  • Flujo vaginal inusual o con mal olorSangrado vaginal inusual
  • Dolor durante las relaciones sexuales
  • Dolor e inflamación de los ganglios linfáticos, particularmente en la ingle, aunque a veces más
    extendidos
  • Dolor en la parte inferior del abdomen
  • Fiebre
  • Erupción en el tronco, las manos o los pies
  • Los signos y síntomas pueden aparecer unos días después de la exposición. Sin embargo, pueden
    pasar años antes de que tengas algún problema perceptible, según el organismo que provoque la
    infección de trasmisión sexual.

CUÁNDO CONSULTAR AL MÉDICO

Acude a un médico inmediatamente en estos casos:

  • Eres sexualmente activo y podrías haber estado expuesto a una infección de trasmisión sexual
  • Tienes signos y síntomas de una infección de trasmisión sexual

Programa una cita con un médico en los siguientes casos:

  • Cuando consideres comenzar la actividad sexual o cuando tengas 21 años, lo que ocurra primero
  • Antes de comenzar a tener relaciones sexuales con una nueva pareja

causas

Estas pueden ser las causas de las enfermedades de transmisión sexual o infecciones de transmisión
sexual:

  • Bacterias. La gonorrea, la sífilis y la clamidia son ejemplos de infecciones de transmisión sexual causadas por bacterias.
  • Parásitos. La tricomoniasis es una infección de transmisión sexual que la causa un parásito.
  • Virus. Las infecciones de transmisión sexual que las causan virus incluyen el virus del papiloma humano, el herpes genital y el VIH.
  • Otros tipos de infecciones (los virus de la hepatitis A, B y C, la infección por Shigella y la infección por
    Giardia) pueden transmitirse a través de la actividad sexual, pero es posible infectarse sin contacto
    sexual.

La hepatitis B se propaga por contacto con fluidos de una persona infectada, como sangre, semen y saliva. Por lo general, el contacto sucede al tener relaciones sexuales con una persona que tiene la
infección o al compartir agujas u otros artículos que se utilizan para inyectar drogas.

La mayoría de las personas se recuperan de la infección de heptitis B sin consecuencias a largo plazo para el hígado. Sin embargo, algunas personas pueden tener una infección crónica (de largo plazo),
lo que puede provocar enfermedad crónica del hígado y cáncer del hígado. Medicamentos antivirales pueden ayudar con casos crónicos

La hepatitis C se propaga por contacto con sangre de una persona infectada. Por lo general, sucede al compartir agujas hipodérmicas u otros artículos que se utilizan para inyectar drogas.

La mayoría de las personas con hepatitis C tendrán una infección crónica. En la mayoría de los casos, medicamentos pueden curar la hepatitis C. Sin tratamiento, la hepatitis C puede conducir a cirrosis o
cáncer del hígado.

Un perfil de hepatitis incluye pruebas de antígenos y anticuerpos de hepatitis:

  • Antígenos de hepatitis son sustancias en el virus de la hepatitis que provocan que el sistema inmunitario luche contra el virus
  • Anticuerpos de hepatitis son proteínas que produce el sistema inmunitario para ayudar a combatir la infección de hepatitis
  • Los antígenos y anticuerpos de hepatitis pueden encontrarse en su sangre incluso si no tienes síntomas de una infección.

¿Qué es la hepatitis C?

Es una infección producida por el virus de la Hepatitis C que tiene gran afinidad por el hígado. Dicho virus se encuentra en la sangre de las personas que tienen esta enfermedad. La infección crónica
afecta a más de 70 millones de personas en todo el mundo, y algunas estimaciones indican que en España pueden existir 800.000 pacientes infectados, aunque muchos de ellos no lo sepan.
¿Por qué es tan peligrosa la Hepatitis C?
Quizá el mayor peligro que plantea este virus es que puede producir una infección aguda, que muchas veces es asintomática, De hecho, muchos casos de Hepatitis C se diagnostican en pacientes sin síntomas que no recuerdan haber pasado una Hepatitis aguda. Más del 90% de los pacientes no tiene síntomas cuando contrae la enfermedad y ésta se suele descubrir de forma casual en un análisis de rutina, al donar sangre o cuando comienzan a producirse síntomas porque ha producido una Hepatitis C crónica o una cirrosis.

Entre un 50-70% de los pacientes infectados desarrolla una Hepatitis crónica y en un 20% de los pacientes progresará a cirrosis en los 10 años posteriores al contagio. Estos pacientes tienen la enfermedad y además la pueden contagiar a los demás.

¿En qué consiste la Hepatitis C “aguda”?
En la fase aguda sólo un 5% tiene un cuadro típico de cansancio, falta de apetito, coloración amarillenta de la piel, orinas oscuras, heces de color blanquecino y picores generalizados. Otros pasan la enfermedad como si fuese una gripe o, incluso, sin enterarse, tal y como se ha comentado anteriormente.
¿En qué consiste la Hepatitis C “crónica”?
Una vez se ha cronificado, los síntomas que puede dar son los de una Hepatitis crónica (muchas veces indistinguible de otras causadas por otros virus o por otros motivos). En general, los pacientes se encuentran cansados y pueden perder el apetito.

Cuando la enfermedad está avanzada puede aparecer hinchazón en las piernas y el abdomen, alteraciones de la coagulación de la sangre con aparición frecuente de hematomas o hemorragías por las encías o por la nariz. Algunos varones presentan crecimiento de las mamas (ginecomastia), también pueden aumentar de las glándulas parótidas, o aparecer lesiones de color rojizo en la piel.
La piel toma un tinte amarillento (ictericia), y en estadios avanzados puede tornarse más oscuro.

Otras complicaciones frecuentes son la aparición de varices esofágicas (dilatación de las venas del esófago) que pueden sangrar o la encefalopatía hepática (los pacientes aparecen confusos, adormilados y desorientados).

¿Cómo se transmite?
El virus se contagia fundamentalmente a través de la sangre, pocas veces por relaciones sexuales y, excepcionalmente, de madre a hijo. En bastantes ocasiones se desconoce el modo de contagio. El riesgo de contagio aumenta considerablemente en los siguientes casos:

Personas que hayan recibido una transfusión de sangre o derivados (plasma, inmunoglobulinas, etc) antes de 1990. Después de esta fecha, las pruebas que se realizan a las muestras de sangre minimizan tanto el riesgo que hace muy poco probable el contagio.
Usuarios de drogas por vía venosa. Este subgrupo de pacientes tiene un riesgo muy alto de tener una infección por Hepatitis C. Algunos estudios demuestran que hasta el 80-90% de estos sujetos son portadores de dicha infección.
Portadores de tatuajes: los tatuajes y los ‘piercing’ son un vehículo frecuente de transmisión de la infección. Cuando se realizan en lugares que no cumplen las medidas de higiene exigidas (uso de aguja única para cada individuo, material desechable y esterilización adecuada de los materiales), las posibilidades de contagio son muy grandes.
Antecedentes de intervenciones quirúrgicas, sobre todo, cirugía mayor. El modo de contagio en estos casos puede ser a través de heridas o sangre del personal quirúrgico, si entran en contacto con la sangre del paciente intervenido.